Adon Olam – אדון עולם
Breve Historia
Adón Olam (en hebreo: אדון עולם) (en español: “Amo del Mundo”) es un himno religioso que expresa la eternidad y la unicidad del Eterno, así como la fe humana en su providencia. El autor del himno es desconocido, su autoría ha sido atribuida a Shlomo ibn Gabirol, pero el texto es probablemente mucho más antiguo y podría remontarse a los tiempos de los sabios Gueonim de Babilonia.
La oración fue publicada en el siglo xiv y su popularidad se expandió a lo largo del tiempo hasta llegar a casi todas las comunidades de la Diáspora judía. A menudo es cantada al final del servicio de Shabat, y a veces al final de la oración Kol Nidré. El texto de Adon Olam se hizo popular en todo el Mundo y fue traducido al inglés por el judío Israel Zangwill. La oración es cantada principalmente por toda la congregación, en la tradición asquenazí, es cantada solemnemente por el jazán en las ocasiones especiales y festivas. El compositor italiano Salomone Rossi publicó en 1623 una versión de esta canción.
Fonética
Adon olam, asher malaj, beterem kol ietzir nibrá; leet nasá bejeftzo kol, azai melej shemó nikra.
Veajarei kijlot hakol, levadó imloj norá. Vehú haia veu hove, veu ihé betifará.
Vehú ejad vein sheni leamshilo leajbira. Beli reshit beli tajlit, veló ha’oz vehamisrá.
Vehú Elí vejai goali, vetzur jeblí beiom tzará. Vehú nisi umanos li, menat kosí beiom ekrá.
Hebreo
אֲדוֹן עוֹלָם אֲשֶׁר מָלַךְ בְּטֶֽרֶם כׇּל־יְצִיר נִבְרָא׃ לְעֵת נַעֲשָׂה בְחֶפְצוֹ כֹּל אֲזַי מֶלֶךְ שְׁמוֹ נִקְרָ׃ וְאַחֲרֵי כִּכְלוֹת הַכֹּל לְבַדּוֹ יִמְלֹךְ נוֹרָא׃ וְהוּא הָיָה וְהוּא הֹוֶה וְהוּא יִהְיֶה בְּתִפְאָרָה׃ וְהוּא אֶחָד וְאֵין שֵׁנִי לְהַמְשִׁיל לוֹ לְהַחְבִּירָה׃ בְּלִי רֵאשִׁית בְּלִי תַכְלִית וְלוֹ הָעֺז וְהַמִּשְׂרָה׃ וְהוּא אֵלִי וְחַי גּוֹאֲלִי וְצוּר חֶבְלִי בְּעֵת צָרָה׃ וְהוּא נִסִּי וּמָנוֹס לִי מְנָת כּוֹסִי בְּיוֹם אֶקְרָא׃
Español
Señor del mundo, que reinó antes de que existiera cualquier criatura. por su voluntad fueron hechas todas las cosas, y luego fue llamado nuestro Rey. Y cuando todo haya dejado de existir, sólo Él, reverenciado, reinará. Ha sido, y sigue siendo,
y en su majestad será. Él es Uno, no hay otro que jamás se acerque a Su grandeza, sin principio y sin fin, la fuerza y el dominio le pertenecen. Él es mi Dios, mi Redentor vive, Él es Roca en mi hora de desesperación, Él es mi estandarte, Él es mi refugio, Él es mi sustento cuando llamo.